EL GURRION, DE LA “A” A LA “Z”
Mariano Coronas Cabrero
 
Aunque no resulta fácil elegir un formato periodístico para resumir los veinticinco años de El Gurrion, utilizaré una crónica alfabética, muy apreciada por el que esto suscribe, para hablar de ello. Una aventura de estas características, sólo es posible si se conjugan dos cuestiones: por un lado, un grupo amplio de personas con inquietudes que quieran contar historias y, por otro, un número aún más amplio de lectoras y lectores que den sentido a lo que se escribe, imprime y publica. Creo sinceramente que en el caso de El Gurrion se han dado ambas circunstancias y ello ha permitido llegar hasta este momento para celebrar la aparición del número 100; acontecimiento que hubiera sido imposible sin los 99 números anteriores (perdonen la obviedad, pero no está demás recordarlo).
 
Para esa crónica anunciada, he seleccionado 25 palabras o expresiones (tantas como años lleva la revista) y, espero que quien lea todo lo que sigue termine con una sensación de que le han hablado de El Gurrion de una manera diferente, respetuosa, nada triunfalista, pero con un orgullo legítimo, porque lo que hemos conseguido no es ninguna tontería. Podría no haber ocurrido y, claro, el mundo hubiera seguido girando sin inmutarse. Pero, creo, que para Labuerda y para Sobrarbe no es lo mismo disponer de estas 2.600 páginas (que es lo que suman aproximadamente todos los “gurriones” juntos) que no disponer de ellas. Una parte muy pequeña de la riqueza cultural de la comarca se encuentra en esa páginas; páginas que podrán leer en el futuro -cuando quienes las hemos protagonizado ya no estemos- los sobrarbenses que aún no han nacido, porque lo que se escribe se salva del olvido y se ofrece a la curiosidad y al descubrimiento. Y, ahora, les dejo ya con este ABCdario:


Así lo cuentan
Es el título de una sección que ha ido apareciendo en muchos números de la revista. En ella se transcribían, fundamentalmente, relatos, anécdotas, coplas, mazadas, refranes, chascarrillos atribuidos a una persona determinada, juegos infantiles… Materiales, en definitiva, de tradición oral. La mayor parte de los contenidos de esta sección tienen un claro y agradecido perfil humorístico. La fórmula “Así lo cuentan” quiere dar voz precisamente a los informantes anónimos que transmitieron oralmente sus recuerdos significativos, sus vivencias, sus conocimientos… Los contaban en los pedriños adosados a las paredes de las casas, en las eras tomando el sol de otoño, en las cadieras de las cocinas en las noches de invierno, en cualquier lugar y circunstancia en la que se congregasen unas cuantas personas; en un tiempo en el que la reunión y la conversación eran valores reconocidos. “Así lo cuentan” es una sección siempre abierta a publicar nuevas aportaciones.
pilas Bautismales
La sección descriptiva sobre las pilas bautismales de algunos pueblos de nuestra comarca nació delante de mi casa, en una conversación con Amador Giménez y su esposa. Él llevaba un interesante documento sobre las pilas de bautismo; un estudio pormenorizado de algunas de ellas y se había enterado de la existencia de la revista y yo le invité a publicar ese trabajo y cualquier otro que quisiese. De esa manera contamos con la colaboración fecunda de este hombre que sólo una muerte prematura le privó de regalarnos más colaboraciones. Estuvo con nosotros desde el número 35 (mayo de 1989) hasta el número 59 (mayo de 1995). Amador certifica, creo, uno de los patrimonios más valiosos de El Gurrion: el haber servido de medio de expresión a personas que tenían una necesidad evidente de contar y, por tanto, de ofrecer algo a los demás.
Colaboradores y Colaboradoras
Éste es, como decía al principio, uno de los pilares fundamentales que hacen posible que una publicación como ésta tenga cierta continuidad y pueda cumplir los plazos previstos. A lo largo de estos 25 años, El Gurrion se ha nutrido de las opiniones, investigaciones, testimonios, comentarios, crónicas… que nos ha hecho llegar una larga lista de personas. Unas se quedaron muchos números entre nosotros y otras tuvieron una aparición más fugaz. Para nombrarlos a todos y a todas habría que coger todos los “gurriones” y empezar a tomar nota. Hoy, al menos, no lo vamos a hacer, pero ahí queda el reto. No obstante, sí vienen al recuerdo los nombres de algunos: Amador Giménez, José Mª Brun y Severiano Calvera que escribieron en muchos números ayudando con su trabajo desinteresado y original a que la revista adquiriese calidad y mantuviese un alto nivel de interés. Los tres fallecieron hace ya un tiempo y nos dejaron huérfanos de sus colaboraciones. Releyendo “gurriones” podemos evocar su contribución a la revista.
Distinciones
La mejor, la más valiosa, la única que merece la pena es la de todas las personas que a lo largo de estos años nos han distinguido con su atención y han leído la revista. En otro orden de cosas, recordamos que el 28 de junio de 1992, la Asociación Amigos del Folklore Altoaragonés, con sede en Huesca, nos hizo entrega de un diploma que nos acreditaba como “Folklorista Altoaragonés del año 1991”. Frecuentemente, la prensa regional se ha ocupado de reseñar las apariciones de los sucesivos números de la revista. En diciembre de 2001, en el seno de la Feria del Libro Aragonés de Monzón me entregaron el FLA Cultural, en reconocimiento a los veinte años de mantenimiento y publicación de la revista y la colección completa de “gorriones” estuvo expuesta en una de las grandes vitrinas de la Feria. Hay otra distinción muy valiosa y es la que se refiere al respeto con el que muchos sobrarbenses miran al Gurrion y el estímulo que ha supuesto para que en otros pueblos se hayan animado a crear su propia revista… Bueno, en realidad hay muchas “distinciones” calladas, individuales, íntimas y un buen nivel de reconocimiento, que se agradece.
Envíos
Puede sorprender esta palabra en este ABCdario, pero es necesario ponerla pues estamos hablando de una de las acciones importantes: el conjunto de procesos que hacen posible que cualquier suscriptor reciba en su domicilio la revista cada trimestre. En cada sobre hay que poner dos cuños: el de “El Gurrion” y el de “Publicación periódica”, la etiqueta con la dirección y el sello correspondiente. El cuño de “Publicación periódica” justifica los trámites administrativos que hubo que realizar para conseguir una ligera rebaja en la tarifa de correos. Seguidamente se embolsa la revista y, en muchas ocasiones, se introduce también una hoja recordando al receptor que debe renovar su suscripción para seguir recibiéndola (una de las tareas, ésta, más engorrosas pues la gente es olvidadiza y resulta necesario enviar la notificación varias veces y llevar por tanto un control adecuado). La cosa se complica porque para que pueda hacerse efectiva esa reducción postal, los 250 sobres con otras tantas revistas que se envían de una vez es necesario que se manden desde el lugar donde se edita El Gurrion; es decir desde Labuerda, por lo que hay que subir la revista (desde el lugar donde se imprime hasta el sitio desde el que se edita), convenientemente embolsada hasta nuestro pueblo. Y parecía una tontería lo de los envíos…
FLA de Monzón
Son las siglas de la Feria del Libro Aragonés que se celebra cada año en Monzón, coincidiendo con los días que rodean al “Puente de la Constitución”, en el mes de diciembre. Un “invento” genial de nuestro amigo Chorche Paniello. Desde la segunda edición de la misma, hemos estado allí presentes. En un primer momento, aportando nuestras publicaciones al stand que entonces abría la Mancomunidad del Sobrarbe. Los tres últimos años, con una presencia mayor, pues hemos compartido stand con el Movimiento de Renovación Pedagógica Aula Libre y la presencia, con expositor propio ha sido más notable. La FLA de Monzón es una Feria que promociona la cultura del libro y la lectura en Aragón y es un evento digno de ser apoyado. Por eso, nuestra decisión de estar allí presentes, año tras año. Creo que hemos hecho una promoción importante de nuestro pueblo con esa presencia en la Feria, pues son cientos las personas que miran, preguntan y memorizan dos nombres: El Gurrion y Labuerda.
Gurriones y Gurrionas
Inevitablemente, cualquier lector o lectora, más o menos asiduo de la revista El Gurrion, puede y debe considerarse “gurrión” o “gurriona” (a pesar de lo cabezón que se pone el ordenador cada vez que escribo esa palabra, pues él solo cambia la “u” por una “o” y hay que rectificar continuamente) con todos los derechos. Hay también todo un sentimiento de afecto hacia la publicación que, salvo en contadísimas ocasiones, ha estado en las manos de lectoras y lectores con puntualidad trimestral. Esa fidelidad es mutua pues, aunque a lo largo de los años, ha habido gente que se ha dado de baja al cabo de un tiempo, es grande el número de suscriptores y suscriptoras que están en esto desde el principio. Sin los “gurriones” y “gurrionas” que pagan su cuota anual o que compran cada ejemplar en la librería, tampoco hubiera sido posible esta aventura. En el aspecto económico no hay que olvidar que ningún colaborador cobra y que el dinero recaudado se invierte íntegramente en la publicación de la revista, en los libritos de la colección “O Fogaril” y en los envíos (sobres y sellos).
Historia
Algunas páginas de nuestra revista recogen apuntes históricos o trabajos de más enjundia, relacionados con la historia de algunos pueblos de nuestra comarca. También con la historia geológica de la misma. Citaríamos en este apartadoa Jesús Cardiel de Lamata que, cada vez que nos manda uno de sus artículos, experimentamos una gran alegría, porque siempre rezuman paciencia en la investigación y aguda inteligencia. Jesús, por su origen geográfico, aporta informaciones e investigaciones de otra zona de la comarca, con la cuenca del río Susía como eje central. Otros colaboradores: Amador Giménez, Irene Abad, Nereida Muñoz, José Mª Brun,… nos acercaron también acontecimientos e hitos históricos que recogimos en las páginas de El Gurrrion.
Imprenta e impresión
Hace veinticinco años, El Gurrion, como ya hemos dicho en otros momentos, se imprimía con una máquina multicopista o ciclostil. Para ello era necesario colocar un cliché especial en la máquina de escribir y picar sobre él toda la información, los artículos. Una vez escrita la página, se colocaba el cliché en la multicopista, se entintaba y se iban haciendo las copias (muchas veces, dándole vueltas a la manivela, despacio, de una en una…). Se imprimía generalmente sólo por una cara porque los folios solían ensuciarse un poco por la otra. A partir del número 19 la revista se hizo en la imprenta, aunque se mantenía la tipografía de la “olivetti”. Más adelante, los textos se escribían ya con una máquina de escribir electrónica, lo que permitía hacer letras diferentes, cambiando la “margarita” que definía los tipos. Posteriormente (hacia el número 50) los textos se escriben ya con el ordenador, aunque se sigue montando la revista manualmente: recortando y pegando y se lleva a la imprenta totalmente montada. Desde el número 81 la revista se monta íntegramente en la imprenta y el correo electrónico, cada vez más utilizado, libera a quien hace estas funciones, de volver a escribir los textos y de muchas otras cosas. A lo largo de los años, los cambios han sido grandes y mirando las revistas, se ven en sus páginas bien patentes.
Juegos tradicionales aragoneses
Los aspectos lúdicos siempre formaron parte de la vida. Los juegos, como actividad recreativa infantil o como competición entre adultos, también han tenido su espacio en El Gurrion. En el primer caso, se publicó el libro “Así nos divertíamos, así jugábamos…”, en una edición más cuidada que la primera que se hizo y más completa. El libro se editó en colaboración con el Centro de Estudios de Sobrarbe y con el M.R.P. Aula Libre. En estos momentos se encuentra prácticamente agotado. Por otra parte, desde hace ya unos cuantos números, José Luis Ara nos va explicando en cada revista cómo se practica un juego tradicional aragonés; nos lo explica de palabra y lo acompaña con una fotografía o con un dibujo para que la cosa quede más clara.
Labuerda
De todos es conocido que Labuerda es un pueblo pequeño de Sobrarbe. Algo más de 100 personas viven a diario en estos momentos. Su población se ve notablemente incrementada en los meses de verano, en otros periodos vacacionales, puentes, etc. A sus habitantes, desde antaño, se les llamó “gurrions de canalera”, en competencia con los de Puyarruego a los que se les llamaba “gurrions peñasqueros”. El gorrión siempre ha sido un pájaro sociable y espabilado. El mote popular fue el elegido para llamar a una revista que también quería ser sociable, por un lado y por otro, expresión de la inteligencia y de la sensibilidad de quienes quisiesen escribir en ella. Todo eso ocurrió en Labuerda y hoy día puede enorgullecerse de formar parte de un grupo selecto de pueblos y ciudades que cuentan o han contado a lo largo de su historia con un medio de comunicación escrito que ha podido publicar cien o más números.
Mujeres del Sobrarbe
Aceptemos, al menos, que en cualquier sociedad, la importancia de los hombres y de las mujeres está al 50%. Eso al margen de la desconsideración histórica (utilizando una terminología amable) que se ha tenido con las mujeres. Irene Abad Buil, una de nuestras habituales y joven colaboradora, se ha empeñado en sacar a la luz la vida y las pequeñas o grandes historias de varias mujeres de la comarca que pueden, en algunos casos, ser representativas de otras muchas. Sus textos aportan a la revista algo necesario y algo especial. Yo creo que El Gurrion es mejor revista desde que nació esa sección. Irene alimentó anteriormente otras secciones y seguro que su imaginación y capacidad de trabajo nos acompañarán mucho tiempo.
Nacimiento y primeros pasos
El nacimiento de la revista, probablemente ya contado en otras ocasiones, tuvo lugar a finales de noviembre de 1980. Fue lo único que pudimos poner en pie, cuando intentamos constituir una Asociación Cultural cuyos estatutos chocaron varias veces con la legislación vigente y las circunstancias de algunos de los impulsores cambiaron sensiblemente. Al final quedó EL GURRION. Si repasamos los primeros números de la revista, aparecen nombres que luego dejaron de colaborar, pero que hicieron posible dar los primeros pasos. Una revista es, de algún modo, como una criatura. Al principio cuesta echarla a andar, pero luego hay que alimentarla el resto de su vida. Y en eso estamos…
Oficios y actividades tradicionales de Sobrarbe
Una de las pérdidas que hemos visto hacerse realidad en nuestros pueblos, las personas que atesoramos ya medio siglo de vida, es la de la quiebra de la sociedad tradicional y la desaparición (o una notable merma de actividad) de muchos de los oficios y actividades tradicionales que, en otro tiempo, tuvieron un desarrollo importante y una notable pujanza. En las páginas de El Gurrion hemos plasmado la descripción de algunas de esas actividades, dejando constancia de su existencia y de su desarrollo. Manolo Campo se ocupó de recoger la vida y las características del oficio de varios herreros, por ejemplo. Quien más trabajó esta cuestión fue Antonio Belzuz, maestro de Laspuña, que mantuvo activa una sección con ese título,durante una docena de números: a través de ella nos enteramos de cómo hacían carbón o pez, de cómo buscaban trufas, del oficio de navatero, de las actividades de caza, de cómo tresmallar en un río, de cómo hacían cal, de cómo hilaban la lana, etc.
Paseos por el Sobrarbe
Es, sin duda, la sección más veterana de la revista. Mª Victoria Trigo Bello es la madre de la misma. Presentó sus “Paseos por el Sobrarbe” en el número 34 de El Gurrion (febrero de 1989) y hasta hoy. De la mano de esta intrépida viajera nos hemos dado más de sesenta paseos por toda la geografía comarcal: la habitada y la paisajística, por decirlo de alguna manera. Igual nos ha llevado de pueblo en pueblo que de montaña en montaña. Mª Victoria fue un descubrimiento fundamental para la revista. Es una mujer que escribe muy bien; sus textos son muy apreciados por las lectoras y lectores de El Gurrion. Es un orgullo y un lujo contar con sus escritos y su sensibilidad, presentes en otras muchas colaboraciones que nos ha regalado.
lo Que queda en la memoria
A medida que pasa el tiempo, parte de lo que hemos visto y vivido queda guardado, con más o menos fidelidad, en la memoria. Ésta se convierte, pues, en un almacén de recuerdos individuales o colectivos que, al verse estimulada nos plantea un viaje hacia determinados acontecimientos y experiencias del pasado. La escritura permite fijar por escrito aspectos de la vida, tal como los recordamos, y eso es también lo que hemos querido hacer en El Gurrion. Al margen de que ha funcionado una sección intermitente, con ese título, muchos otros artículos podrían haber llevado como antetítulo “Lo que queda en la memoria”, porque hablaban de otras vidas y de otros tiempos.
Rincones con magia
Desde el número 75 (mayo de 1999), número sí, número no, se viene publicando esta sección en la contraportada de la revista. Es un texto de una página, ilustrado con una fotografía, dedicado a algún rincón especial de nuestra comarca; un paraje singular que cautivó al viajero y que provocó su deseo de escribir y describir lo que la naturaleza ponía delante de sus sentidos. Hasta el momento son 12 +1 los espacios abordados: Ibón de Plan; barranco de Ascaso; San Vicente de Labuerda; Bujaruelo; Tella; Ibón de Pinarra; Trigoniero; Circo de Barrosa; Fuentes del Irués; Escuaín y Revilla; Orillas del Cinca en Labuerda; ibón de Bernatuara y Gradas de Soaso… El próximo “rincón mágico” se publicará en el número 101, un número también mágico porque es capicúa, el primero de tres cifras.
Sobrarbe
De unos años a esta parte, la gente de los pueblos de Sobrarbe ha aumentado, creo, su conciencia comarcal. Cada uno somos de un pueblo, pero la salvación de cada pueblo sólo será posible si se salva la comarca. La idea, por supuesto, puede ser discutible. El Gurrion nace como revista local, es evidente. Pero también es evidente que hace ya muchos años que ha adquirido vocación comarcal. En la medida que podemos, que los colaboradores y colaboradoras pueden, tratamos temas comarcales y en todos los números hay trabajos referidos a otros puntos de la comarca. Basta hojear sus, aproximadamente, 2600 páginas acumuladas para descubrir múltiples referencias a Sobrarbe. Desde hace mucho tiempo y con todas las carencias que ustedes quieran, El Gurrion es una revista cultural de la comarca.
Trimestre
Un trimestre es el espacio de tiempo que transcurre entre un “gurrion” y otro, así de fácil. El paso del tiempo, medido en trimestres, o lo que es lo mismo, medido en “gurriones” va a toda velocidad. Cuatro “gurriones” indican que ha transcurrido un año y cien “gurriones”, veinticinco, no falla. Definida la periodicidad como trimestral, el esfuerzo más grande debe ir encaminado a mantenerla. No hay nada peor para una publicación periódica que no cumplir con los plazos de periodicidad definidos o establecidos. La periodicidad acostumbra al cuerpo y limita las esperas. Saltársela impide crear el hábito o la necesidad o el deseo en los potenciales lectores y condena al fracaso a la publicación.
Universal
Algunas de las personas más comprometidas en la realización de la revista tenemos claro que El Gurrion es universal. Con ello quiero decir que, en principio, ningún tema le es ajeno. Es verdad que la revista ya hemos dicho que nació local y se hizo comarcal, pero quienes quieren escribir en ella, pueden realizar reflexiones que no limite la geografía. Es un medio de comunicación alternativo, en el que prima la libertad de expresión y en el que se garantiza el derecho de réplica. Cualquier persona que se acerque puede colaborar en ella y a nadie se le pregunta de dónde es, ni se le exige certificado de residencia local o comarcal; tampoco para tratar cualquier tema que las inquietudes o sensibilidades personales aconsejen. No debemos caer en estrecheces pueblerinas; una cosa es sentirse orgulloso de la tierra en la que uno nació o en la que vivió la infancia y otra cosa es pensar que ese lugar es el centro del mundo.
Valle de La Solana
Uno de nuestros más fieles colaboradores es Luis Buisán Villacampa. Luis nació en Ginuábel, un pueblo del ahora desierto Valle de La Solana. Luis escribe frecuentemente, como notario de la vida, de su pueblo, de su valle, de las actividades que realizó mientras permaneció por esas montañas, otrora llenas de vida y ahora comidas por la vegetación, con las casas espaldadas y sin gente. Luis escribe artículos cortos, con juicios serenos y certeros y con mucha honestidad. La honestidad no se predica ni se anuncia; se ve claramente, cuando alguien lee una declaración, una crónica, como trasfondo de lo escrito. Nuestra revista se ve más completa con un cronista como Luis que, además, plasma en nuestras páginas las historias de un valle casi olvidado; un valle que le fue amputado violentamente a Sobrarbe.
Web
No tenemos una página web al uso, a través de la que podernos proyectar con fuerza en la Red. A cambio la gente de la empresa Soaso, en su portal www.staragon.com, tiene un apartado dedicado a las revistas de Sobrarbe y uno de los enlaces corresponde a El Gurrion. Allí encontraréis la portada de cada número, la copla de portada y la mayor parte del índice. Algunos contactos interesantes han venido a través de esa web, pero en algún momento tendremos que abordar el construirnos otra que posibilite escribir, publicar artículos y ofrecer a los navegantes mayor recompensa cuando lleguen hasta nuestro puerto.
exposiciones
Alrededor de la revista, como principal exponente cultural, hubo un tiempo en el que se generaron otras acciones. Una de ellas fue la organización de exposiciones diversas que contribuyeron a que algunas personas descubrieran otras dimensiones de la cultura: Fotografías de Ricardo Compairé (1986); tres exposiciones de fotografías antiguas de Labuerda en los años 1989, 1992 y 1995; “Expo-boj”, sobre trabajos de José Nerín en 1990; “La escuela del ayer”, con una recreación de la escuela de los años sesenta, en 1991; “Papel de periódico”, con una amplia muestra de periódicos de todo el mundo, en 1993; “Leer en Sobrarbe” (publicaciones comarcales) y “Por ande fuyiban os cuentos” (chamineras de la comarca) en 1996y Exposición de fotografías sobre las fiestas de Labuerda, en 1998 y en 2003. Un trabajo digno, del que queda un patrimonio de interés, pues se guardan las fotografías expuestas y los materiales generados.
Y tú, ¿qué coleccionas?
Es otra sección (en este caso reciente), con la que pretendíamos abrir la revista a personas que habitualmente no suelen escribir en ella, pero que con la motivación de hablar de sus afanes coleccionistas, nos iban a permitir conocerlos un poco más. Desde el número 89 (noviembre de 2002) hemos conocido gentes que coleccionan relojes, cámaras de fotos antiguas, acreditaciones de pruebas de automovilismo, sellos, marcapáginas, artículos periodísticos, noticias curiosas aparecidas en la prensa, chapas de bebidas y banderines, hueveras, casas típicas de diferente lugares… En unos casos, las colecciones suponen una notable inversión económica; en otros se coleccionan objetos de poco valor económico…Y hemos aprendido que las personas nos interesamos por las cosas más extravagantes y curiosas, que la locura no tiene límites y que esa diversidad hace la vida mucho más agradable y colorista. Así que mientras haya quien quiera enseñarnos su colección, allí estaremos para divulgar su afición.
Zarandear
Para terminar este ABCdario, he elegido esta extraña palabra. La razón es que, en definitiva, una revista cultural esconde también esa acción, con perfiles diferentes: zarandear la curiosidad por conocer paisajes, personas, acontecimientos, pueblos, rincones, vivencias, etc. que pueden estar cerca de nosotros y de los que no conocemos nada; zarandear la conciencia, obligando a pensar y a tomar partido en algunos aspectos más comprometidos; zarandear la posición de cada cual con respecto a la sociedad en la que vive para replantearse de qué manera participa y de qué otras maneras podría hacerlo; zarandear, incluso, la escala personal de hábitos e invitar a incorporar a dicha relación el de la lectura (fuente de conocimiento)… El Gurrion busca también esos y otros amables zarandeos en sus lectores y lectoras. Nada nos es ajeno en un mundo globalizado. Los pueblos más avanzados son los que más leen y los que más escriben y en ello estamos.

Debo decir, para terminar, que podría haber elegido otras palabras y entonces, probablemente, hubiera nombrado otras secciones y a otras personas. Nadie que no haya sido nombrado debe entender la omisión como una descortesía o infravaloración de su aportación. Esto es un juego literario que ha dado este resultado. Como principal responsable de la publicación he creído que debía realizar una aportación amplia y novedosa para encabezar estas páginas especiales, llenas de palabras generosas, que quiero compartir con toda la comunidad de “gurrionas” y “gurriones”, de lectoras y lectores.